miércoles, 16 de noviembre de 2011

La respuesta

¿Qué hacés cuando lo que siempre quisiste escuchar llega tarde? Era la pregunta que siempre rondaba mi cabeza las noches que no podía conciliar el sueño, meses después de que mi relación con Gustavo se apagara definitivamente. Por supuesto, en aquella época, lo que quería escuchar era a Gustavo diciéndome lo que realmente sentía y lo tardío era algo mucho más nebuloso.
Tres años después de aquellas noches de insomnio esperando a quien nunca me esperó, una noche de sábado, llamaba a Guido para decirle que no hacía tiempo para cenar con él y el resto del grupo en 1980, pero que podía ir más tarde si decidían quedarse a bailar en el sótano del restaurante.
Llegué al lugar cerca de las doce, mientras mis amigos terminaban de pagar la cuenta, sin pensar que, aquella noche, la pregunta que me anduvo rondando la cabeza tanto tiempo encontraría una respuesta.
Locations of visitors to this page